"WHAT YOU SEE IS WHAT YOU GET"

dijous, 22 de setembre del 2016

Quince días. Una historia de amor en veintiún días más otro de propina. (La propina)



Dia zero.

Últimas palabras, adioses y citas:

“Una vez oí un refrán que me impresionó más que un voto matrimonial. No sé cuál es su procedencia. ‘Como aparece un río, puede que venga de…’ [Aquí se ha corrido la tinta y el nombre es ilegible].

Si vas río arriba, dice el refrán, coge una flor para mí, y si mueres antes que yo, espérame al otro lado de la tumba”

(Fragmento de una carta de A’ida a Xavier “De A para X” de John Berger)

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- Moriré después de ti.

- Así es.

--¿Me esperarás?

- No, no te esperaré, no me busques porque no me hallarás, los quince días han terminado, han sido sólo un soplo en toda una eternidad, un beso corto, y ya no te mereces de mí ninguno más.

- Entonces adiós.

- Adiós.

- Por cierto, ¿nadie te ha dicho que eres un soberano mentiroso?

-¿Sabes que te quise?

- Claro que lo sé. Te vuelvo a preguntar, ¿me esperarás?

-Claro que te esperaré, tonta, ¿qué haría sin ti?

-Nada, no harías nada, sólo perderte, tonto.

-¿Y tú, me buscarás?

-Claro que te buscaré, sin ti me perdería. ¿Sabes que te quise?

-Lo sé.


Fin


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-¿En casa de quién estamos? –pregunté.

-La verdad es que no lo sé –dijo Charlotte-. Conocí este lugar a través de unos pintores. ¿Le interesa saberlo?

-No.

-Me chocaba en usted, tan… ¡Es tan agradable no saber en casa de quién está uno!

Me sonrió con confianza. Me habría gustado que no supiese mi nombre para que estuviese aún más relajada.

-¿No estará enfermo su joven amigo, madame Charlotte?

-No, gracias a Dios. Está en casa de unos parientes, en el campo. Vuelve dentro de ocho días.

Se ensombreció un poco, perdió la mirada en el fondo rojizo y humoso del estudio.

-¡Es tan agotador alguien a quien se quiere! –suspiró-. No me gusta mucho mentir.

-¿Cómo mentir? ¿Por qué? ¿Le quiere?

-Naturalmente que le quiero.

-Entonces...

Me dirigió una magnífica mirada de superior a inferior, que luego suavizó.

-Pongamos que sea una profana en la materia –dijo afablemente.

Pero yo recordaba la novelesca recompensa que concedía al joven amante, el placer, casi público, el gemido de ruiseñor, notas llenas, reiteradas, idénticas, que se prolongaban unas a otras y se precipitaban hasta la ruptura de su tembloroso equilibrio en la cúspide de un sollozo torrencial… Sin duda, en eso residía el secreto, la melódica y piadosa mentira de Charlotte. Pensé que la dicha del joven amante era grande, si la medía por la perfección del engaño de quien trabajaba delicadamente para dar, a un muchacho débil y sombrío, la más alta idea de sí mismo que un hombre pueda concebir.

Así pues, un genio hembra, entregado a la tierna impostura, a la deferencia, a la abnegación, se alojaba en aquella tangible Charlotte, tranquilizadora amiga de los hombres… Sentada, con las piernas extendidas, esperaba ociosa, a mi lado, reemprender la tarea que corresponde al mejor amante: la superchería cotidiana. Mentira deferente, embeleco mantenido con ardor, proeza ignorada que no espera recompensa… Tan sólo el azar, el anonimato, la atmósfera que se llama disoluta liberaban a aquella heroína cuyo silencio no me incomodaba en absoluto, a aquella desconocida a cuyo lado yo callaba como si acabase de confiarme a ella. Su presencia seducía a otras efímeras presencias extraídas del fondo de mi memoria, fantasmas que acostumbro a perder y recuperar, inquietos, mal curados de haber golpeado duramente, en otros tiempos, con la frente, con el costado, contra el arrecife sordo e ininteligible: el cuerpo humano… Ellos reconocían a Charlotte. Como ella, sólo habían hablado cuando se sintieron seguros, es decir, entre desconocidos a desconocidos. Un oído tenebroso –a veces el mío- se había puesto a su alcance y habían vertido en él, en primer lugar, su nombre –nombre ficticio, pero libremente escogido-; luego, en cualquier orden, todo lo que les agobiaba: carne, más carne, misterios, traiciones de la carne, fracasos de la carne, sorpresas de la carne.

(“Lo puro y lo impuro” Colette)



(1). Poem nº IX ”A LAST CONFESSION”, Yeats.

What lively lad most pleasured me
Of all that with me lay?
I answer that I gave my soul
And loved in misery,
But had great pleasure with a lad
That I loved bodily.

Flinging from his arms I laughed
To think his passion such
He fancied that I gave a soul
Did but our bodies touch,
And laughed upon his breast to think
Beast gave beast as much.

I gave what other women gave
That stepped out of their clothes.
But when this soul, its body off,
Naked to naked goes,
He it has found shall find therein
What none other knows,

And give his own and take his own
And rule in his own right;
And though it loved in misery
Close and cling so tight,
There's not a bird of day that dare
Extinguish that delight. 


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(2) “The mountains of Mourne”, Popular.

Oh, Mary, this London's a wonderful sight
With people here working by day and by night
They don't sow potatoes nor barley nor wheat
But there's gangs of them diggin' for gold in the street
At least when I asked them, that's what I was told
So I just took a hand at this diggin' for gold
But for all that I've found there, I might as well be
In the place where the dark Mourne sweeps down to the sea

I believe that when writin' a wish you expressed
As to how the fine ladies of London were dressed
But if you'll believe me, when asked to a ball
They don't wear no tops to their dresses at all
Oh, I've seen them myself and you could not in truth
Tell if they were bound for a ball or a bath
Don't be startin' them fashions now, Mary McRee,
In the place where the dark Mourne sweeps down to the sea

There's beautiful girls here, oh, never you mind
Beautiful shapes Nature never designed
Lovely complexions of roses and cream
But let me remark with regard to the same
That if at those roses you venture to sip
The colors might all come away on your lip
So I'll wait for the wild rose that's waitin' for me
In the place where the dark Mourne sweeps down to the sea

You remember young Diddy McClaren, of course
But he's over here with the rest of the force
I saw him one day as he stood on the strand
Stopped all the traffic with a wave of his hand
As we were talking of days that are gone
The whole town of London stood there to look on
But for all his great powers, he's wishful like me
To be back where the dark Mourne sweeps down to the sea

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(3) Entre “La chica de ayer” de Nacha Pop, las canciones de Toni Zenet y las de Sabina.

Un día cualquiera no sabes qué hora es 
Te acuestas a mi lado sin saber porqué 
Las calles mojadas te han visto crecer 
Y con tu corazón estás llorando otra vez. 

Me asomo a la ventana eres la chica de ayer 
Jugando con las flores, en mi jardín 
Demasiado tarde para comprender, 
chica, vete a tu casa, no podemos jugar. 

La luz de la mañana entra en la habitación, 
tus cabellos dorados parecen el sol. 
Luego por la noche al Penta a escuchar 
canciones que consiguen que te pueda amar. 

Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer. 
Demasiado tarde para comprender. 
Mi cabeza da vueltas persiguiéndote. 
Mi cabeza da vueltas persiguiéndote
Mi c a – c a – c a – c a -cabeza da vueltas persiguiéndote. 
Mi cabeza da vueltas persiguiéndote.

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(4)  ”In the Mood for Love”, de Wong Kar Wai.

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(5) “Un beso de esos” de Toni Zenet.

Los dos se encontraron en el mismo cuarto, 
los dos se encontraron justo en el momento, 
fue un beso de esos...que bajan la guardia, 
fue un beso de esos...de darse las gracias, 
un beso de esos... de esos que valen! 
por toda la química de la farmacia. 

Los dos intuyeron, sus ojos cerrados, 
sus bocas pegadas, cerca su aliento, 
fue un beso de esos que cumplen un sueño, 
un beso de esos que son el primero. 

Un beso de esos que ponen contento, 
los dos se creyeron 'signing in the rain' 

ESRIBILLO 

Tan locos saltaron sobre los charcos, 
tan locos bailaron por los bordillos, 
tan locos rompieron en mil pedazos 
la lista negra de sus enemigos. 

Tan locos saltaron la verja de un parque, 
a ciegas cruzaron por las avenidas, 
tan locos pensaron hacerse piratas 
surcar en velero los mares de China. 

Fue un beso de esos que premian las ganas, 
un beso de esos que luego te marcan, 
un beso de esos de bésame mucho, 
tan locos quisieron perderse del mundo. 

Tan locos rodaron uno sobre el otro, 
un beso de esos que valen por todo. 

ESTRIBILLO 

Tan locos saltaron sobre los charcos, 
tan locos bailaron por los bordillos, 
tan locos rompieron en mil pedazos 
la lista negra de sus enemigos. 

Tan locos saltaron la verja de un parque, 
a ciegas cruzaron por las avenidas, 
tan locos pensaron hacerse piratas 
surcar en velero los mares de China. 

Tan locos saltaron la verja de un parque, 
a ciegas cruzaron por las avenidas, 
tan locos pensaron hacerse piratas 
surcar en velero los mares de China. 

Surcar en velero los mares de china 
Surcar en velero los mares de china 
Surcar en velero los mares de china 
Surcar en velero los mares de china 
Surcar en velero los mares de china 
Surcar en velero los mares de china...

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Adiós










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