22 Enero 2010
La boca y un pato colgado de la pared.
La boca y un pato colgado de la pared.
–¿Por qué
tratas de controlar aquello que no puedes disimular, pareces un pato tratando
de caminar? –le preguntó ella con aire enojado.
–Porque soy
un caballero –le respondió su marido herido por los celos.
–Eres un
hipócrita –le espetó ella con violencia.
–Estás
equivocada, no me interesan las mentiras, pero me seduce la verdad –le contestó
alzando la mirada y orgulloso de sí.
–No comprendo
qué quieres decir –le preguntó con aire inocente.
–Vas en busca
de sentimientos como un perro hambriento tras un hueso.
Al responder,
el sudor dejó de resbalarle por su rostro recién afeitado y se detuvo formando
pequeñas gotas en la comisura de su boca que trataba de sonreír.
–¿Crees que
tus palabras me ofenden? –le preguntó su esposa, procurando que las suyas
adquirieran un tono irónico.
–Claro que
no, querida, ya sé que no te ofenden, solamente hay un ser en este mundo al que
puedo ofender.
–¿A quién?
–A Jesús– le
respondió tajante y con aire tan sereno como forzado.
–No me hagas
reír –le respondió ella tocándose la enorme barriga de embarazada a punto de
parir. –A cuento de qué me nombras ahora a Jesús, hace años que dejaste de ser
cristiano.
–Dejé de
serlo, pero lo fui, lo fui como lo fuimos todos, no lo olvides, todos fuimos
eso, cristianos –reconoció avergonzado.
–No consigues
desprenderte del sentimiento de culpa y del temor al castigo, me das lástima, esposo
mío –lo acusó ella, segura y convencida de sus palabras.
–En cambio tú
te crees impune, querida mía. Ésa es una mala manera de ser libre. –Le
respondió triste y decepcionado, mirando entre sorprendido y desilusionado el vientre
de su mujer.
–¿Impune?, no
te entiendo, soy hija de mi tiempo, nada más.
Y se fue.
(La anterior
conversación es un parafraseo desordenado de extractos de conversaciones oídas
en: Syskonbädd 1782, (My sister, my Love), película
dirigida por Vilgot Sjöman el año 1966)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada